Este tipo de dolencia en la que la articulación del hombro se desencaja en repetidas ocasiones provocando impotencia funcional, suele tener por origen un episodio traumático con el brazo separado, como los producidos en el snow board o en deportes de contacto como el balonmano, judo, etc.
El tratamiento inicial de la luxación de hombro se realiza con la reducción de la luxación bajo analgesia o sedación y con una inmovilización en cabestrillo tipo Gillchrist durante 3 semanas.
En personas jóvenes menores de 30 años, la recidiva de la luxación suele repetirse ante movimientos de separación y rotación externa del brazo, movimiento típico de armar el brazo como cuando lanzamos un objeto con la mano.
Una vez se repite la luxación, la consideramos como recidivante y el tratamiento con inmovilización ya no resulta tan efectivo como en el primer episodio. En estos casos el tratamiento quirúrgico juega un papel relevante.
Hoy en día como primer medida de tratamiento quirúrgico se opta por la artroscopia. Con esta técnica podemos reconstruir la cápsula articular, el labrum y los ligamentos, anclando dichas estructuras con arpones sobre la superficie ósea. También se pueden aplicar técnicas de recubrimiento sobre las lesiones óseas de la cabeza humeral (lesión de Hill-Sach) como la técnica de "Remplissage" que aparte de cubrir el defecto óseo, estabiliza aún más la articulación evitando que la cabeza humeral se desplace en exceso hacia adelante.
En los casos de fracaso del tratamiento artroscópico o en los casos donde inicialmente se observa una lesión ósea importante acompañando a la luxación, se emplean técnicas de cirugía abierta con el objetivo de reconstruir y estabilizar la articulación mediante la transposición de un trozo de hueso (frecuentemente la apófisis coracoides).
Posteriormente a la cirugía y tras un periodo de inmovilización de 3-4 semanas se iniciará un programa de rehabilitación durante 2 meses.
Los resultados del tratamiento quirúrgico respecto al indice de recidivas son equiparables con ambas técnicas (artroscopia o cirugía abierta), si bien en casos de fracaso de la cirugía artroscópica o en presencia de grandes defectos óseos, la cirugía abierta consigue mejores porcentajes de éxito.
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