Clásicamente las fracturas de calcáneo eran sinónimo de sufrimiento y cojera.
Un largo periplo de tratamientos, incluidas intervenciones paliativas como la fusión de la articulación subastragalina, formaban parte del arsenal terapéutico de estos pacientes.
La traumatología actual ha evolucionado con nuevos tratamientos de estas fracturas, basados en la reconstrucción mediante placas de osteosíntesis.
Las placas de reconstrucción para las fracturas de calcáneo forman parte habitual del tratamiento de estas lesiones.
El mayor riesgo de este tipo de cirugía es sin duda la necrosis cutánea.
Las medidas a tomar para evitar estas complicaciones, son la demora de la intervención hasta que el hematoma postraumático se reduzca y la piel pueda ser abordada sin sufrimiento, habitualmente hay que esperar entre 2 y 3 semanas.
La recuperación se basa en mantener sin apoyar el pie operado durante 2 o 3 meses, movilizando el tobillo a partir de las 4 primeras semanas.
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