jueves, 3 de mayo de 2012

Espalda sana.

Una de mis retóricas repetitivas en el ámbito de la consulta médica es sin duda la referente al cuidado de la columna vertebral.
El dolor de espalda es el síntoma que más demanda atención médica tanto en primaria como en especializada.
A partir de los 40 años, más del 80% de las personas sufren alguna vez de dolor lumbar que ha de ser tratado con medicación o medidas de fisioterapia.
La columna vertebral con sus tres segmentos bien diferenciados, cervical, dorsal y lumbar, sufre sobrecargas mecánicas por el mantenimiento del esqueleto en posición vertical.
A esta sobrecarga implícita al ser humano, se añaden factores como el esfuerzo laboral, las malas posturas durante periodos de tiempo prolongado, véase el trabajo de oficina o la postura del sofá.
La insuficiencia de los grupos musculares que protegen la columna (dorso-lumbares y abdominales) contribuye a perpetuar el dolor de espalda.
No es el objetivo de este comentario diferenciar el origen exacto del dolor de espalda (discógeno, facetario, radicular, ramo posterior, muscular, etc.), sino marcar una serie de medidas que seguidas rutinariamente evite la aparición del incapacitante dolor de espalda.

QUÉ HACER.
Las personas con dolor de espalda, con sobrepeso y sedentarias han de plantearse un "cambio de vida". Un cambio para la mejoría significa atacar los tres frentes a la vez.
En primer lugar, ADELGAZAR.
Para ello se ha de cambiar radicalmente la manera de comer. Evitar los hidratos de carbono (pan, pasta, patatas, dulces, limitar la fruta, etc). Basar la comida en las proteínas sin grasa (pollo, pavo, jamón cocido, huevos cocidos, pescado, yogures desnatados, etc) y en los vegetales. Aportar agua en abundancia, al menos 2 litros diarios fuera de las comidas. Control diario del peso corporal hasta lograr el objetivo de reducir el peso.
En segundo lugar, la HIGIENE POSTURAL.
Posturas adecuadas tanto en el trabajo como en el descanso. La columna ha de posicionarse recta, como si una fuerza estirase desde la cabeza y los pies o la zona sacra en caso de estar sentados. No es fácil acostumbrarse y se recomienda levantarse de la silla para realizar estiramientos y recolocarse en buena posición cada hora.
En tercer lugar, el FORTALECIMIENTO MUSCULAR.
Conviene crearse una rutina de entrenamiento para este propósito de tonificación muscular.
Empezar por los estiramientos suaves de espalda e isquiotibiales y continuar con diferentes ejercicios de abdominales y dorso-lumbares. Las posturas derivadas del Yoga ayudan en este propósito.
Acompañar con la respiración los ejercicios de estiramiento, aprovechar la espiración para ganar más elasticidad.

QUÉ NO HACER
Los objetos pesados han de manejarse con suma precaución. En el caso de trabajadores manuales fuertes, se debe utilizar faja lumbar protectora durante la carga de pesos.
Durante el transporte de objetos pesados, se han de pegar íntimamente al abdomen. Con esto evitamos que sobrecarguen la zona dorso-lumbar.
Al agacharnos a coger algún objeto pesado, se ha de recoger una vez situado cerca de los pies y flexionando las rodillas ligeramente (no hace falta hacer una sentadilla completa como en halterofilia).
El transporte de bolsas de la compra u otro objeto colgando de los brazos desencadena sistemáticamente dolor de cuello, por tanto se debe evitar, ayudándose de carrito de ruedas o pegando las bolsas al cuerpo.
Los largos periodos en el sofá viendo la tele, son el origen de muchas contracturas por malposición vertebral a la vez que contribuyen a la atrofia muscular paravertebral.

Como última recomendación, el tratamiento de las agudizaciones. Seguramente a pesar de seguir estas recomendaciones, alguna vez el dolor de espalda puede volver a aparecer en función de alguna sobrecarga o disfunción de elementos vertebrales.
Las crisis de dolor han de tratarse con fármacos analgésicos, antiinflamatorios y miorelajantes. Utilizando unos u otros o los tres juntos en función de la magnitud del dolor. La fisioterapia decontracturante también ayuda para el alivio del dolor.
No dejar progresar el dolor porque una vez cronificado será más difícil de erradicar.
El reposo absoluto se ha demostrado que no es necesario para tratar las fases de dolor agudo, por lo que  se recomienda una vida activa evitando los movimientos que provoquen dolor.

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