Correr descalzo, o
Barefoot running, es una marea imparable desde la salida en 2.009 del libro
“Nacidos para correr” de Mc Dougall.
En 2004 los doctores
Lieberman, Bramble y Siegel publican en la revista Nature un artículo
sobre las condiciones innatas del hombre para correr durante largas distancias
de forma sostenida. Físicamente somos un animal lento, débil y muy
limitado. Solo hay una habilidad física en la que ninguna especie puede
batirnos: Correr durante horas sin parar. Obviamente, no puede ser casualidad.
La teoría se basa en que el pie fue diseñado con 26 huesos
que cumplen la función de amortiguar y adaptarse o acomodarse a cualquier tipo
de terreno. Millones de años de evolución se han visto perjudicados por el uso
de calzado y desde hace aproximadamente 50 años por las zapatillas con
amortiguación que lo que han generado además de un excelente negocio, son muchos
problemas en las articulaciones (rodilla, cadera, etc.) y otro tipo de
lesiones.
El efecto negativo de las
zapatillas con amortiguación se produciría porque esa amortiguación hace que
caigamos primero con el talón, anulando la capacidad de absorción del pie, y el
impacto se transmite a las articulaciones.
Muchas
personas después de leer el artículo de Nature deciden probar algo que los corredores de élite han hecho de forma
complementaria desde siempre: Correr descalzos. Arranca así la ola del “Barefoot
Running” entre los corredores populares, que a su vez acabaran creando
como paso intermedio hacia el correr descalzo una nueva categoría de producto:
Las zapatillas minimalistas.
Pero el
impulso definitivo en esta moda, llega de la mano de un periodista
freelance -ex jugador de baloncesto con problemas incluso para correr 5km del
tirón- está en México siguiendo una historia de una estrella del pop. Por azar,
tropieza con la leyenda de los Tarahumara: Indios ocultos en la Quebrada
del Cobre, en la Sierra Madre Occidental del estado de Chihuahua, que corren y corren horas y días enteros sin descansar y viven de una
forma relajada y comunal, con una dieta que incluye grandes cantidades de
cerveza casera.
Indio Tarahumara |
Dentro de este nuevo
movimiento, el que mejor logra autopromocionarse es el californiano Ted McDonald. Poseído por el entusiasmo se rebautiza a sí mismo como “Barefoot
Ted” (“Descalzo Ted”).
Un día Ted descubre unas
“gomas Vibram” moldeadas como guantes para el pie con el fin de mejorar el
agarre en deportes náuticos. Ted insiste e insiste hasta que el propio Marco
Bramani (nieto del fundador VItale BRAMani) decide acceder e
incluso dar difusión pública al reto: Las Vibram Five Fingers (VFF) hechas para
navegar correrán el mítico Maratón de Boston, la meca de los corredores
“serios” del asfalto americano. Aquí abajo la nota de prensa, histórica.
Ted cumple y la bola de las VFF como primera “zapatilla de correr descalzo”
echa a rodar, de momento solo entre pequeños círculos muy alternativos. En el
futuro se conocerá a esta categoría de calzado como “zapatillas minimalistas”.
Con el
tiempo, nuestro reportero Mc Dougall logra que la revista Runner´s le
encargue un reportaje sobre los indios
Tarahumara.
Tras el artículo publicado la historia seguirá
creciendo hasta dar lugar al libro “Nacidos para correr” que sale al mundo el 7
de Mayo de 2009.
La historia fue un boom, y así en
2010, se venden en Los Estados Unidos más de cinco millones de zapatillas
minimalistas. Todas siguen diseños que arropan la planta del pie lo mínimo
necesario para poder trotar cierta distancia por terrenos duros o ásperos sin
desollarla. El Barefoot Running es ya una marea alta que inunda el mercado.
Muchas marcas inician su andadura en este apetitoso mercado. A destacar, New
Balance y su gama Minimus. Entre las no recomendables, Fila que fue incluso
demandada por Vibram.
Pero como ocurre con casi todas las modas deportivas o consumistas,
la marea del Barefoot amenaza con salirse de madre cuando algunos de los nuevos conversos al correr
descalzo lo proclaman a los cuatro vientos como la cura mágica para todo
corredor en todo momento.
Durante 2010,
apenas un año desde el inicio de la moda minimalista, las consultas de
traumatología y podología se incrementan de corredores descalzos lesionados.
Expertos corredores de ultraman como el argentino Juan A.Craveri, recomiendan una práctica progresiva con las zapatillas minimalistas, asumiendo un periodo de 3 a 8 semanas para adaptar los gemelos y el tendón de Aquiles al nuevo apoyo del pie descalzo.
Una vez más, se
confirma que no existen pociones mágicas en el deporte, sino alternativas
distintas adecuadas para cada persona, sometida a determinados procesos de
entreno y de acuerdo a unos objetivos a medio y largo tratados con tiempo y
dedicación.
Un par de apuntes. El autor es Chris Macdougall, Ted descalzo es otra persona, el primer corredor patrocinado por la marca Vibram Five fingers...
ResponderEliminarGracias Álvaro, tienes razón, el corredor es Ted McDonald. Ya corrijo el error.
ResponderEliminarMuy chulo el post. Te dejo el que escribí hace unos meses sobre el tema:
ResponderEliminarhttp://rgtfisio.blogspot.com.es/search/label/barefoot
La verdad es que he seguido indagando sobre ello y me resulta muy interesante todos sus pros y contras.
Un saludo.
Gracias Raquel. El tema es controvertido y creo que hay que tomarlo con reservas. En mi experiencia, correr descalzo va bien para estimular la propiocepcion pero la iniciacion a esta modalidad de carrera debe hacerse progresivamente de lo contrario aparecen lesiones inevitablemente.
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