sábado, 16 de abril de 2011

Síndrome Hombro-Cuello.

Con mucha frecuencia acuden a la consulta pacientes con dolor y pérdida de movilidad en el hombro, a la vez que contractura de los músculos de la región lateral del cuello.
Esta asociación obedece a una sobrecarga de los músculos trapecio y elevador de la escápula debido a un malfuncionamiento del hombro doloroso.
La causa más común del hombro doloroso es sin duda la tendinitis del supraespinoso, músculo pequeño que forma parte del llamado manguito de los rotadores (se llama así por la forma que tiene la unión de los tendones del subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor) y que están implicados en movimientos de rotación del hombro a la vez que fijan la cabeza del  húmero en una posición adecuada para que otros músculos más potentes como el deltoides puedan realizar la elevación del brazo con fuerza y velocidad.
El tratamiento pasa por considerar el síndrome hombro-cuello como un complejo de síntomas a tratar por separado pero conjuntamente a la vez. Es decir, se trata la tendinitis del supraespinoso según intensidad de los síntomas y tiempo de evolución.

  • Antiinflamatorios como primer paso; el Ibuprofeno 600 cada 8 horas (en las comidas) durante 7-10 días, disminuyendo progresivamente la dosis a 1 cada 12 horas durante 10 días más. En personas susceptibles a padecimientos de estómago asociaremos Omeprazol 20: 1 cápsula diaria en ayunas antes del desayuno.
  • Ejercicios de movilidad pasiva del hombro: realizar ejercicios tipo péndulo, inclinando el tronco hacia adelante dejando colgar el brazo afecto. Después, suavemente iniciaremos movimientos hacia adelante y atrás, hacia dentro y afuera, y movimientos de rotación hacia la derecha e izquierda. Es importante que los movimientos se realicen con la máxima relajación posible. Los ejercicios se realizarán 2-3 veces al día.
  • Fisioterapia sobre la inserción del supraespinoso, aplicando ultrasonidos y masaje tipo Cyriax. También fisioterapia sobre músculos contracturados de la región lateral del cuello, con aplicación de infrarrojos, electroestimulación suave y masoterapia decontracturante. La frecuencia de las sesiones de fisioterapia dependerá de la intensidad de los síntomas, en casos moderados, bastará con 2-3 sesiones semanales durante 3 semanas.
  • Frío-Calor. Con mucha frecuencia existen dudas sobre la aplicación de frío o calor. Como norma general   se aplicará frío después de lesiones agudas y de actividades físicas. Las tendinitis se alivian mejor con frío y las contracturas musculares con calor suave. Mi consejo es aplicar hielo durante 15 minutos 2 veces al día sobre el hombro, después de realizar las sesiones de movilidad. Aplicar calor suave sobre la región lateral del cuello durante 10 minutos por la mañana y por la noche.
  • En casos de dolor severo del hombro puede ayudar mucho la aplicación de una infiltración con un corticoide en la región subacromial. La mala fama de las infiltraciones tiene su base, en la administración desmesurada que algunos profesionales hicieron de ellas, ocasionando efectos secundarios nefastos. En mi opinión, la aplicación de 1 o 2 infiltraciones en la región subacromial del hombro, en pacientes sin antecedentes de diabetes u otras enfermedades que contraindiquen su uso, no provoca alteraciones negativas sobre el organismo. Las infiltraciones con sustancias homeopáticas tipo Traumeel, no obtienen resultados tan buenos como con los corticoides.
  • En casos en que la contractura de los músculos del cuello sea muy dolorosa, la administración de un fármaco miorelajante. El Diazepam 5 mg, en toma única diaria por la noche durante 10 días ayuda a solucionar el problema.

Una vez mejorado el dolor del síndrome hombro-cuello, se deberá prestar atención en la rehabilitación de la musculatura del cuello y del hombro mediante ejercicios más activos.

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